La primera etapa del Tour de Francia 2025 dejó claras señales sobre el desarrollo de la carrera, con pérdidas de tiempo significativas para dos de los grandes favoritos: Primož Roglič y Remco Evenepoel. Ambos cedieron 39 segundos tras una fractura del pelotón a 17 km del final, en una jornada marcada por los vientos cruzados que dividieron el grupo y pusieron a prueba la concentración y estrategia de los equipos.
Remco Evenepoel, corredor del Soudal Quick-Step, reconoció la gravedad del error: “Nos quedaban 17 km y era la última oportunidad para los escalones, lo cual sabíamos, pero nos quedamos dormidos por el ambiente relajado en el que nos encontrábamos en ese momento. Creímos que iba a ser un sprint, así que fue un grave error nuestro y una situación bastante desafortunada”. Su director ejecutivo, Jurgen Foré, añadió: “Vinimos aquí para ganar al sprint con Tim Merlier y no perder tiempo, y no tenemos ambas cosas. Lo que sucedió no debía suceder. Como grupo, estábamos demasiado atrás cuando se rompió. Tenemos que analizarlo y seguro que hablaremos de ello”.
Evenepoel también lamentó no haber podido competir junto a Merlier, uno de los favoritos para la primera camiseta amarilla, y aunque la pérdida de tiempo fue significativa, mantiene la mirada en lo que viene: “Tenemos que mirar hacia adelante. Aún es largo, son 21 etapas, una menos, y nos centraremos en mañana e intentaremos aprovecharlo al máximo. Mañana será una carrera explosiva y el martes también será una etapa complicada, así que creo que habrá muchas más oportunidades”.
Por su parte, Primož Roglič también perdió el mismo tiempo que Evenepoel, sumándose a otros corredores de la general como Florian Lipowitz y Carlos Rodríguez, quienes también cedieron segundos en esta etapa inicial.
La victoria y el maillot amarillo quedaron en manos de Jasper Philipsen, quien no perdió tiempo en esta edición y se impuso con autoridad en el sprint final. Philipsen destacó el trabajo colectivo de su equipo Alpecin-Deceuninck: “Sabíamos que teníamos que estar al frente y mantenernos concentrados y atentos todo el día. Fue un esfuerzo de equipo, un trabajo en equipo, y estoy orgulloso de cómo corrimos; todos están en muy buena forma. Nos motiva mucho para los próximos días”. Philipsen fue guiado hasta la meta por compañeros clave como Mathieu van der Poel y Kaden Groves, mostrando la solidez del conjunto belga.
En cuanto a Tadej Pogačar y Jonas Vingegaard, ambos se mostraron atentos y activos, evitando pérdidas y manteniéndose en la pelea por la general. La etapa confirmó que la resistencia y la concentración serán claves en este Tour, donde los vientos cruzados y los escalones marcarán la diferencia.
Este inicio pone en evidencia que, aunque la primera jornada no fue favorable para algunos favoritos, la carrera es larga y las oportunidades para recuperar terreno y luchar por el podio están abiertas. La atención ahora se centra en las próximas etapas explosivas, donde la estrategia y la fortaleza mental serán decisivas.